La invención del amor según José Ovejero

La invención del amor es la novela escrita por José Ovejero que ha sido galardonada con el premio Alfaguara 2013. El tema no parece nuevo. Sin embargo, justo cuando se piensa que ha sido escrito todo sobre el amor a lo largo de siglos de literatura, José Ovejero cuenta lo que puede ser el amor experimentado por una persona en la sociedad del siglo XXI.

Samuel es un un cuarentón que vive tranquilamente su vida madrileña: es socio de una empresa de materiales- algo muy práctico  que le devuelve a la solidez de las cosas– y tiene un pequeño pero confortable piso dotado de una terraza que es para él una burbuja que lo ampara del mundo: justo un día como otro, de madrugada, Samuel se encuentra en su terraza con sus amigos y disfruta de una vista sobre una porción de mundo. Sus amigos se van y suena el teléfono fijo: Samuel percibe que una llamada a las cinco de la mañana- que más que anunciarse parece un ruido de explosión- sólo puede ser una posibilidad de que algo va a cambiar su vida. El azar hace que la llamada sea para un Samuel que no es él. Le anuncian que Clara se ha matado en un accidente de coche. Samuel sin embargo, en vez de aclarar el equívoco, se siente atraído por esa desconocida, ahora muerta, y por quien había sido en su vida hasta el fatídico accidente.

Clara se convierte en la protagonista ausente de la novela, un espejo en que tanto Samuel como su marido Alejandro y su hermana Carina proyectan sus imágenes y lo que piensan de ella. Clara es siempre una Clara según alguien diferente y, precisamente como hace un espejo, refleja esas imágenes de su múltiples personalidades.

Samuel empieza a imaginar como hubiera sido ser el amante de Clara, construye y se pone en situaciones que le llevan hacia ese papel de amante que, en realidad, pertenece a otro Samuel, el que vive en un piso casi igual al suyo y debajo del suyo. Se va enamorando de la imagen que se hace de Clara, como le pasa a todo el mundo en fase de enamoramiento antes de la “realista”, cuando se confronta esa imagen con la de como es una persona en realidad.

Ese tipo de juego le excita porque supone arriesgarse a decir mentiras que atrapan siempre más , hasta asumirse el papel de otra persona: va a la incineración de Clara, entrelaza una relación con su hermana para que le cuente más de ella, incluso llegando a ir a casa del marido Alejandro y a casa del otro Samuel, para hacerle daño.

La gran invención mentirosa acaba con cambiar al proprio Samuel: se enamora, aunque aborrezca esa palabra, de Carina quizá gracias a Clara como medio poderoso e invisible; la vitalidad adquirida hace que cambie su actitud en el trabajo, de una tranquila pasividad a otra de instables propuestas para salvar a la empresa de la crisis económica.

Samuel imagina vidas que le gustaría vivir, se proyecta en ellas y acaba con vivirlas y hacerlas vivir a las personas que le rodean: una actitud que en parte le viene de haber crecido en una familia en la que no ha recibido mucho cariño y no sabe expresarlo. Por eso tiene mucha actividad cerebral imaginativa.

El autor de la novela estimula en todo momento los lectores a una activa reflexión y en eso contribuye la invención de Samuel como metáfora no sólo del escritor sino también del lector. A este propósito, el final es abierto: Samuel está en su terraza con Carina y, al acariciar su costado, por primera vez se encuentra escuchando (no sólo oyendo) a las voces y ruidos de la ciudad y reflexiona sobre las historias- trágicas o felices- de aquellas personas. Un cuerpo, el de Carina, le devuelve cierto tacto que antes no tenía. La novela acaba con el cuento de Samuel según Samuel: ¿dirá la verdad a Carina o seguirá construyendo mentiras? ¿ Y Carina es de verdad así ingenua como para creerse las invenciones de Samuel?

Redactado por Carlotta Orlandi

L’invenzione dell’amore secondo José Ovejero

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